La falta de agua es un problema que debe ser solucionado de inmediato.
No se puede estar mucho tiempo con vida sin agua. Y además el agua de consumo debe de estar libre de bacterias y virus. Por lo que tendremos que purificarla. Se puede conseguir la purificación del agua mediante el filtrado y hervido de la misma. Otro método es el químico que consiste en añadir unas gotas de lejía apta para consumo o pastillas potabilizadoras. También unas 2 o 3 gotas de yodo por litro pueden purificar el agua. En el método del yodo se han de dejar reposar 30 minutos, si se utiliza carbón vegetal y hervido 45 minutos y para la lejía una hora. Las pastillas potabilizadoras hay que seguir las instrucciones del fabricante. También existen unos filtros prefabricados que son como una pajita por la que al pasar el agua por sus capas internas sale filtrada y bebible.
Si el agua es fangosa hay que filtrarla mediante arena, trapo, gravilla o cualquier elemento filtrante. Se le colocara también carbón de las brasas del fuego y se hervirá, aunque el color y olor no den indicios de potabilidad sí que lo es, ya que la arena hace de filtro de partículas y el carbón vegetal de la combustión hace de filtro biológico. No hay que confundir el carbón vegetal con las cenizas, el carbón son los trozos de madera quemada, que han de ser machacados para filtrar el agua.
También las plantas nos pueden proporcionar agua, pero se ha de saber a ciencia cierta si la planta es venenosa o no. En los casos de plantas cuya savia se presenta lechosa, no se deben tomar.
Un indicio seguro para localizar agua son las sendas de los animales, ya que generalmente acuden con frecuencia para beber. Si observamos hacia donde van las aves, seguramente nos llevaran a una zona donde hay agua, ya que las aves necesitan beber con bastante frecuencia.
Recordar siempre que si estamos en un lugar donde el agua sea escasa, tendremos que racionarla de manera que siempre tengamos una reserva para emergencias, lo ideal sería tener reservado un litro, pero esto no siempre es posible.
Podemos aprovechar la lluvia, las gotas de las estalactitas y estalagmitas de las cuevas, la humedad del suelo y los arroyos subterráneos.
En el desierto es un poco más complicado encontrar agua. Pero en el desierto también hay agua, y para encontrarla bastara con encontrar una zona donde exista vegetación. No es necesario que la veamos a simple vista, pero si hay vegetación hay agua, así que habrá que escavar un poco para conseguirla. Si no podemos o no encontramos vegetación, podemos utilizar la siguiente técnica:
1. Hacer un hoyo de aproximadamente 1,5 m. de diámetro y 1 m de profundidad. de profundidad.
2. Coloca un plástico cubriéndolo, de manera que quede flojo. Para colocar una piedra o algo que pese y quede como un cono invertido.
3. Previamente habrás colocado en su interior un recipiente para juntar el agua, y si fuera posible, pedazos de plantas o tallos.
4. El centro del plástico, ósea la zona más baja debe quedar sobre el cubo para que caigan las gotas de agua.
5. Asegurar el plástico con piedras alrededor.
Con este sistema se consigue agua proveniente de la humedad del suelo, que al evaporarse se pega al plástico y las gotas se deslizan y caen al cubo. Con este método se puede conseguir bastante agua (alrededor de 1 litro al día).
Chupar un chicle, un caramelo o incluso un trozo de hierba nos puede ayudar a calmar la sensación de sed.